Cubillo

Acaba de fallecer Antonio Cubillo, histórico líder del independentismo canario y fundador del MPAIAC (Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario), que forma ya parte de la historia de Canarias, siendo protagonista de uno de sus momentos más convulsos. Las jóvenes generaciones, dentro y fuera de las Islas, sabrán muy poco de él. Pero estuvo en el primer plano informativo, y, especialmente, en la preocupación de los gobiernos españoles, en los 70 y 80 del pasado siglo.

Tanto que sus servicios secretos, con Adolfo Suárez presidente del Gobierno y Martín Villa al frente de Interior, intentaron acabar con su vida en su domicilio del exilio en Argel el 5 de abril de 1978. Se salvó gracias al fútbol. En efecto, la gravedad de sus heridas le habría llevado a la muerte si el traslado al hospital no se hubiese producido en tiempo récord, circunstancia facilitada por unas calles sin apenas tráfico por la retransmisión televisiva de un partido de la selección argelina. En el año 2003, la Audiencia Nacional condenó al Ministerio del Interior a pagar una indemnización de 150.000 euros a Antonio Cubillo por el atentado que sufrió, reconociendo la autoría del Estado.

Como secuelas de aquel atentado, Cubillo quedó condenado a moverse con muletas o en silla de ruedas. Antes sus seguidores habían protagonizado algunos atentados, entre ellos uno que costó la vida a un policía nacional en La Laguna mienras desactivaba un artefacto casero. Y la colocación de un artefacto explosivo  en una floristería en el hoy aeropuerto de Gran Canaria (entonces Gando), que obligó al desvío de aviones a Los Rodeos, donde se produciría el choque de dos jumbos de KLM y Pan Am, y casi 600 muertos, por concatenación de una serio de factores, entre ellos los errores de los comandantes, sobre todo del de la aeronave holandesa, y problemas de comunicación entre una de las aeronaves y la torre de control (*).

El líder del MPAIAC logró algunos éxitos a nivel internacional, especialmente en la OUA y en la ONU, colocando a Canarias en la agenda descolonizadora y como asunto de relevancia mundial. Se movía especialmente bien en esos ámbitos, algo que, como se refleja en el excelente documental ‘Cubillo, historia de un crimen de Estado’ (candidato a los premios Goya) sorprendió a los propios dirigentes de ETA, como destaca en el filme Julen Madariaga, co-fundador de ETA y que conoció a Cubillo en Argel, que no entendía como con mucha más base social su penetración internacional en aquellos momentos fuera inferior a la del MPAIAC.

Aunque luego su influencia en las Islas era bastante minoritaria, como los sectores nacionalistas que seguían sus tesis, de escaso peso social y político-electoral. De hecho, el cubillismo no formó parte de la Unión del Pueblo Canario (UPC), organización de izquierda autodeterminista que logró notables éxitos electorales a finales de los 70, llegando a tener un diputado y la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, la ciudad más poblada de las Islas.

Africanismo

Antonio Cubillo intentó hacer un trasplante mimético de las descolonizaciones africanas de la época, como si la estructura social, demográfica, económica y política de Canarias tuviera algo que ver con las mismas. Y fracasó. Ese nacionalismo africanista (como el anterior americanista de finales del XIX), por diferentes razones, no cuajó entre la población de las Islas.

En los 80 regresaría a Canarias y sus intentos de conseguir representación en el Parlamento canario no fructificaron. Pero continuó su actividad a través de artículos periodísticos e incluso con la elaboración de una futurible Carta Magna independentista canaria: el anteproyecto de Constitución de la República Federal Canaria.

Curiosamente, en la última etapa de su vida encontraría su mejor aliado en el director del periódico El Día, José Rodríguez, un octogenario profundamente conservador y españolista, reconvertido a última hora a un independentismo bien rarito, con claros tintes xenófobos y racistas, profundamente insularista (plantea la creación de un Estado del que le gustaría no formara parte una de las islas, Gran Canaria, a la que insulta permanentemente en sus editoriales) y dispuesto incluso a una Canarias independiente pero con la activa presencia del Ejército español. Cosas veredes.

Solo en una ocasión hablé con Cubillo, a principios de los años noventa. Le pregunté entonces qué opinaba sobre el traslado de presos de ETA a cárceles Canarias, que venía realizando el Gobierno de Felipe González. Su respuesta fue contundente: «los presos de ETA, como parte de un conflicto armado, deberían estar en campos de concentración».

Democracia

Considero que igual que el centralismo del pasado o el autonomismo de hoy, la independencia es una opción legítima, aqui y en otros territorios. Pero uno de los mayores problemas de los postulados de Antonio Cubillo fue que ese proceso descolonizador y de construcción de un Estado independiente en las Islas se edificaba sin contar en lo más mínimo con la opinión de los ciudadanos y las ciudadanas de Canarias. Era, en esencia, un proceso completamente antidemocrático.

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El accidente de Los Rodeos tuvo lugar el 27 de marzo de 1977 y fallecieron 583 personas. Se produjo por una concatenación de factores, entre ellos la saturación del aeropuerto por los desvíos desde Gran Canaria y la espesa niebla que lo cubría. Pero, esencialmente, errores humanos (El capitán de KLM despegó sin tener la imprescindible autorización desde la torre de control) que quedan muy bien explicados en el siguiente enlace: http://leitersblues.com/2010/03/22/los-rodeos-1977-la-diabolica-concatenacion-de-diez-factores/

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