Pérez Reverte y la (mala) educación

Este artículo, publicado hace cuatro años en el desaparecido canariasaldia, adquiere pleno valor tras las declaraciones de Pérez Reverte en las que apoya de forma entusiasta el conjunto de la reforma educativa de Wert, una reforma profundamente reaccionaria y clasista. Apoyo que sorprenderá a más de uno. A mí, conocendo los antecedentes, lo más mínimo.

Pérez reverte y la (mala) educación

Me he leído con mucha atención el artículo, viejo por cierto, de Arturo Pérez Reverte, sobre la educación en España (hace referencia al PISA 2006) y las responsabilidades de los políticos de los últimos “veinte o treinta años” en su escasa calidad y malos resultados, que últimamente circula por Internet como si de un compendio de verdades reveladas se tratara. Un texto que parece olvidar que la educación franquista era mucho peor y que entonces había más analfabetos, mucho menos gente escolarizada, muchísimos menos titulados universitarios y, en el caso canario, ni contábamos con una red de centros (los colegios estaban desdoblados en varios turnos y la mayoría de los municipios carecía de instituto) ni con plantillas docentes adecuadas.

En la forma y en el fondo este artículo (titulado, qué menos, ‘Permitidme tutearos, imbéciles’) me parece impropio de un académico y situado más cerca, mucho más cerca, de las imprecaciones al uso en una barra de bar, donde se juega a quién grita más o a quién despotrica de forma más encolerizada, o a uno de los numerosos programas de la tele basura. Ideas, la verdad, muy pocas.

Mentar a la madre de los políticos, como hace el ilustre autor en el arranque de su texto, o decir que España es un “autocomplaciente país de mierda” al que se pretende hacer “un país de más mierda todavía” (afirmación que no se atrevería a hacer ni Antonio Cubillo harto de ron) no creo que sea una interesante aportación al debate educativo, donde se precisan análisis rigurosos, críticas e ideas, más que insultos y descalificaciones. Por mucho que éstas susciten el aplauso fácil de muchos, al igual que los gritos, amenazas e insultos en determinados programas televisivos provocan el delirante entusiasmo del público presente en el plató.

No constituyen novedad, por cierto, estas formas de expresión en boca de Reverte. Cabe recordar que cuando Miguel Ángel Moratinos abandonó su cargo de ministro de Exteriores por decisión de Rodríguez Zapatero también dijo que lo hizo “como un perfecto mierda”, por llorar, cosa que, por lo visto, no debemos hacer los hombres. Y su hiriente pluma alcanzó el culmen cuando comparó la ley antitabaco con lo sucedido a Ana Frank con los nazis. Un lumbrera, vamos.

A mí, que soy muy crítico con el sistema educativo canario, no se me pasa por la cabeza hablar de comunidad autónoma de mierda ni insultar a la consejera del ramo y a su familia, por muchas diferencias que tenga y por muchos déficit que constate; por educación, entre otras cosas, lo que a Pérez Reverte no parece sobrarle pese a que ocupa un sillón en la Real Academia de la Lengua (RAE).

Abismos

En el texto, Reverte destaca los abismos que, en su opinión, se han abierto entre los resultados de la enseñanza pública y la privada; tema que por sí solo animaría a un debate. Tengo la impresión de que esta circunstancia tiene mucho que ver con factores como el status socioeconómico y cultural de sus alumnos de unos y otros centros o la exclusión de los inmigrantes en privados y privados/concertados; y es muy posible, asimismo, que en los años de bonanza buena parte de las clases medias se volcara, aún más, en la privada.

Hablar de la existencia de 17 sistemas educativos segregados, como hace en su artículo, tampoco tiene base alguna: el tronco común supone entre el 55% (CCAA con idioma propio) y el 65% de los contenidos; y nadie negará a estas alturas que los pibes deben conocer la geografía y la historia de su comunidad, así como sus literatos y artistas de los diferentes ámbitos (cosa que yo no pude hacer cuando estudiaba).  Y las propias conclusiones sobre las diferencias entre comunidades (“alcanzan sólo hasta el 4% en el conjunto de los resultados”, señala el PISA 2009) no parecen dar la razón a Reverte: el sistema es tremendamente homogéneo. Y mejorable, sin duda.

Y en torno a su referencia  al “efecto devastador” del modelo educativo vigente en el País Vasco y Cataluña, baste recordar que en el último PISA Euskadi y Cataluña están por encima de la media española, y también superan a la media de los países de la OCDE en Matemáticas y Comprensión Lectora, y sólo ‘pinchan’ en Ciencias (aunque por encima de la media estatal). Tan mal no deben estar.

Por otra parte, poner de vuelta y media a Zapatero por afirmar que “lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres” también es, como mínimo, cuestionable. Recuerdo que en el PISA se afirma taxativamente  que influyen de manera muy significativa las condiciones socioeconómicas de las familias y el ambiente cultural: la diferencia media entre los alumnos que tienen en casa menos de 10 libros y más de 500 es de 124 puntos en España y de 126 para toda la OCDE. Alguna razón tiene Zapatero, aunque le pese al omnisciente e infalible Reverte.

Por último, concluir, como hace, que esta es una nación inculta me llevaría, de forma ruin como el autor, a preguntarme por qué un escritor como Arturo Pérez Reverte -que no es ni de lejos James Joyce, Franz Kafka, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, García Márquez o Vargas Llosa- vende tantos libros en el país en el que triunfan Belén Esteban, ‘Sálvame’ y tele 5. Seguro que, “mierda” por medio, esa palabra no puede faltar en un texto suyo, Reverte tiene, como siempre, la precisa respuesta.

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5 comentarios en “Pérez Reverte y la (mala) educación

  1. Jane

    Totalmente de acuerdo. Hoy yo también escribo en contra de la idea wertiana de subvencionar colegios unisex, otra vuelta atrás en el tema de la educación, junto con las reválidas y todo lo demás.

  2. Su texto contiene varias inexactitudes sobre las palabras de Pérez-Reverte. En primer lugar, sobre lo que usted dice de que Reverte «apoya de forma entusiasta el conjunto de la reforma educativa de Wert», lo que él dijo exactamente en Twitter es: «Aunque no he tenido tiempo de meterme muy a fondo en los intríngulis, de lo que veo así, por encima, algo me gusta más y algo me gusta menos. Hace unas semanas comenté lo poco que me gusta la actitud del ministro Wert con el Iva y la Cultura. Me pareció cómplice y cobarde. Pues hoy me toca hablar de lo que sí me gusta. Porque en esta ley hay cosas que sí. Que me gustan». Por lo tanto, es falso lo que usted dice de que Reverte «apoya el conjunto de la reforma», ya que él mismo dice que ni siquiera la ha leído entera y solo apoya «partes». Además, cuando más adelante un tuitero le dice que «las lenguas clásicas quedan aniquiladas con la ley Wert. ¿Daños colaterales asumibles?», Reverte responde: «Esa parte no la he controlado aún. Llegué hoy, como digo. Si es cierto, guerra a Wert. Sin cuartel. Ilústreme, ande. Esos daños colaterales no pienso asumirlos ni harto de gintonic.»

    En segundo lugar, usted dice que «cuando Miguel Ángel Moratinos abandonó su cargo de ministro de Exteriores por decisión de Rodríguez Zapatero también dijo que lo hizo “como un perfecto mierda”, por llorar, cosa que, por lo visto, no debemos hacer los hombres». No sé si está usted usando «hombres» como «seres humanos» o como «varones», pero el propio Reverte explicó el tema en Twitter también: «Veo que hay gente a la que es preciso explicar las cosas. Creía que no era necesario, a estas alturas. Pero vale. Vamos a explicárselo a los que no saben leer sino con orejeras y ven machistas bajo cada tecla. No se es menos hombre (hablamos del ministro Moratinos) por llorar. Nadie habla de eso. Yo, por ejemplo, lloro cada día (como una Magdalena) cuando abro el periódico o veo el telediario. Se es un mierda cuando uno demuestra públicamente que no sabe irse. De ministro o de lo que sea. Moratinos adornó su retirada con un lagrimeo inapropiado. A la política y a los ministerios se va llorado de casa. Luego Moratinos, gimoteando en público, se fue como un perfecto mierda. Respecto a mi lado machista, quien desee ahondar en él puede leer La reina del Sur. Está en bolsillo. Barato. Dejémonos de simplezas y de clichés machistas para demagogos fáciles Claro que los hombres lloran. Aquiles lo hizo en La Ilíada. Y cualquiera. Yo hablo de otra cosa. De un ministro que no lloraba por marcar un gol histórico o por perder a un amigo. De un ministro cuya política fue claudicante y débil. Y que se despidió con lágrimas al ser cesado cuando no lo esperaba. Sigo sin ver nada positivo en esas lágrimas. Tampoco veo nada positivo en la risa de un político. No me gustan los políticos que ríen o que lloran. Desconfío de ellos por instinto. Si un político ríe, me pregunto qué mercancía dudosa me vendió. Si un político llora, me pregunto qué privilegio lamenta perder. Comparar el llanto de un político cesado con el de Iker Casillas es insultar a Iker Casillas.»

    Veo que usted o ignoraba todo esto o ha decidido dejarlo fuera de su consideración, lo cual le ha llevado a cometer esos errores. usted sabrá cuál de las dos. Pero para otra vez, infórmese mejor, y más cuando eso es precisamente una de las cosas que estaba criticando. Gracias.

  3. DAVID PEDRÓS DELGADO

    Cada vez que leo a Reverte, me lo imagino en su papel de eterno corsario, agarrado a un cabo con el sable en alto, lanzando improperios,…Dejando a un lado los matices de su posicionamiento, en efecto, Arturo avala el CONJUNTO de la reforma, que no es ni más ni menos lo que señala Enrique. Una reforma más, que no aporta nada a lo que hay ni a lo que hubo. Que contradice mediante sus pruebas de reválida la apuesta por el desarrollo de las competencias básicas que aún no hemos acabado de digerir (más pronto que tarde se nos produce un corte de digestión en el sistema educativo). Las primeras medidas adoptadas por este ministerio han ocasionado masificación en las aulas, recorte de personal y encarecimiento de la educación pública…¿Es que la reformita de marras va a ser mejor?

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