Del miedo al pánico

“¿Acaso Francia le decía a Inglaterra cómo debía portarse o Alemania metía sus narices en las cosas de España?” Antonio Orlando Rodríguez: ‘Chiquita’(Alfaguara, Madrid, 2008)

Tenía el pasado miércoles la oportunidad de hablar con la presidenta del Sindicato Médico de Las Palmas, Carmen Nuez, sobre los efectos de los recortes en profesionales y pacientes. En su opinión, no estamos ante medidas aisladas y escasamente meditadas, sino ante un auténtico cambio de modelo que va hacia la privatización de la sanidad en beneficio del negocio privado; y de una atención dual en función de las capacidades económicas de cada ciudadano. Reconforta, eso sí, que nuestros médicos estén dispuestos a desobedecer la pretensión del Gobierno del PP de que no se preste atención sanitaria a los inmigrantes sin papeles; “atendemos a pacientes, a personas enfermas, y no lo vamos a dejar de hacer”, señala con la sencillez y humanidad que le caracterizan.

Junto a la desmoralización creciente de los profesionales, me reconocía que muchos jubilados que precisan de medicación por sus enfermedades crónicas comienzan a solicitar a los médicos que les receten algún fármaco menos, a sabiendas del perjuicio para su salud, para evitar el impacto en sus diezmados bolsillos. Unas circunstancias que me han reiterado varios facultativos en los últimos días. Y que afectará, negativamente, en el bienestar físico de muchas personas y en la propia esperanza de vida. Así le haremos caso, muriéndonos convenientemente antes, a la presidenta del FMI, Christine Lagarde, que considera que vivimos demasiado.

No se trata solo de que la capacidad adquisitiva de nuestros jubilados haya disminuido sensiblemente con la elevación del IRPF por parte del Gobierno central sino, también, del hecho de que muchos son hoy los auténticos mantenedores de hijos y nietos en prolongada situación de desempleo. El copago o repago es una gota más en el progresivo empobrecimiento de millones de personas. No son “cuatro cafés” como, con una frivolidad espantosa, señalara el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha y secretario nacional de Sanidad y Asuntos Sociales del PP, José Ignacio Echáinz.

Los funcionarios viven, también, su particular calvario. Por un lado, con la permanente tarea de desprestigio de su labor por parte del conservadurismo gobernante, así como de sus medios de comunicación. Por otro, con el retroceso económico que sufren. Primero la bajada salarial decretada por Zapatero. Ahora con nuevas rebajas a sus sueldos, con la desaparición de la extra de diciembre, que han generado un enorme descontento y desmotivación. Y reputados economistas, como Niño Becerra, afirman que la próxima en caer será la paga de junio.

Pequeño comercio

Por cierto, esa nueva medida contra el bolsillo de los funcionarios detraerá unos 5.000 millones de la economía en las fiestas navideñas, lo que repercutirá en el pequeño comercio y en la restauración, que verán notablemente reducidos sus ingresos en fechas que suelen ayudar a salvar el año, que en eso de joder, al estilo Fabra, están dispuestos a incluirnos a todos.

Como a los autónomos, entre los que me encuentro, que estamos también en trance de retroceso y desaparición. Unos 400.000 han cerrado sus puertas desde 2008. Para mejorar nuestra situación, el Ejecutivo de Rajoy nos sube el IRPF del 15% al 21%; y en Canarias nos afecta negativamente la elevación reciente del IGIC, en este caso del 5 al 7%; situación que en el resto del Estado es aún peor: el tipo general sube del 18 al 21%.

En el colmo de las crueldades reducen, igualmente, las míseras prestaciones por desempleo a partir del séptimo mes. Con el desvergonzado propósito, dicen, de que los parados espabilen, en medio de este tsunami que acaba cotidianamente con empresas y destruye miles de empleos diarios. Y avisan de que se plantean acabar con la ayuda de los 426 euros, una nueva llamada al obligado adelgazamiento vía inanición, otra enorme ruindad.

Los trabajadores privados no escapan, por supuesto, de la quema. Han ido engrosando desde el comienzo de la crisis  la mayor parte de las largas filas del paro, Sufren también bajadas significativas en sus nóminas, retrasos en el abono de las mismas y, asimismo, el temor permanente al cierre de su empresa o al despido fulminante, ahora enormemente facilitado por la última reforma laboral. Circunstancias que permiten el sometimiento y la sobreexplotación por parte de algunos empresarios sin escrúpulos.

En ese marco global de profundo retroceso social y económico sigue faltando una respuesta contundente de la sociedad ante semejantes desmanes. Aunque hay que reconocer que las movilizaciones del 19-J fueron masivas. Pero tengo dudas sobre si se transformarían en suficientes votos en caso de unas elecciones anticipadas. Unos comicios que, dado el absoluto incumplimiento del PP del programa con el que concurrió y ganó el 20-N, deberían constituir una de las posibilidades democráticas en estos momentos, junto con un referéndum sobre las medidas que se están llevando a cabo. Mantener el actual status constituye un fraude electoral y un atentado a las bases de la democracia: el cumplimiento del contrato con la ciudadanía establecido en los programas electorales.

Pánico

La situación actual está suponiendo un grave empeoramiento de la calidad de vida de mucha gente. Y en este contexto, lo que me produce más miedo es el silencio o el aplauso de dirigentes y militantes del PP ante medidas que causan un tremendo daño a millones de personas, a las que condenan a la pobreza y a la exclusión social.

Verdad es que un alcalde del PP de un pequeño municipio madrileño, Robledo de Chavela, se ha atrevido a manifestarse contra las mismas, participando en una concentración junto a un grupo de trabajadores de su corporación. Y que un dirigente de Nuevas Generaciones en la isla de La Palma se ha dado de baja en el partido. Pero no es menos verdad que son los únicos que han mostrado, al menos públicamente, que disienten.

Esa prácticamente unánime aceptación disciplinada y acrítica de las decisiones de la cúpula, obligada a su vez por agentes externos, eleva mi miedo a auténtico pánico. La historia es pródiga en ejemplos que confirman que esa obediencia ciega, sin el menor cuestionamiento, sin la menor reflexión, se encuentra en el germen de los regímenes autoritarios y en el ADN de los partidos que los sustentan.

Del miedo al pánico.

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‘Que volen aquesta gent’? (¿Qué es lo que quiere esta gente?), se pregunta María del Mar Bonet; y no solo ella.

http://www.youtube.com/watch?v=58O4EcMC6dQ

9 comentarios en “Del miedo al pánico

  1. Antonio

    Estoy convencido, que por el actual camino de protestas no se va a conseguir nada. Dónde quedan esas protestas del 15M solicitando cambios. Hasta que no hagamos caceroladas como los islandeses aquí no pasará nada. Deberíamos salir todos a las calles, pero con una única reivindicación, por ejemplo Fuera el Senado y no desistir hasta que se conseguirse, paso seguido reclamar Fuera todos los cargos de confianza, y así, con protestas concretas porque lo demás, visto lo visto, no funciona. Espero que despertemos pronto, de otro modo entraremos en el sueño de Morfeo.

  2. Angela Mederos

    Sin lugar a dudas, más claro no se puede decir. Estoy al cien por cien deacuerdo con esta publicación. Da la casualidad que la semana pasada, en una farmacia de mi municipio, llegó una señora con sus recetas, cuando la farmaceútica le dijo lo que tenía que pagar, dejó varios medicamentos en la farmacia, ya que según contó la señora, tiene una pensión de 600€, y tiene a su cargo a sus dos hijos, con sus nueras, y 5 nietos, sus dos hijos parados de larga duración, trabajaban en la construcción, una de sus nueras, trabajaba en el hospital y hace bastante que la pararon, y su otra nuera, trabajaba en la agricultura y cerraron la empresa. De sus 5 nietos, tiene dos con discapacidad, y todos los gastos salen de su pensión. Esta señora seguramente no será la única que gracias al PP, y al repago, pueda sufrir consecuencias serias en su salud por tener que elegir entre dar y mantener a su familia, o tomarse a rajatabla su medicación. Sólo tengo que felicitar a Enrique Bethencourt, por el fantástico artículo que ha escrito, es la realidad, aunque todavía hayan algunos que se nieguen a verla.

  3. tito martín

    estaba en el miedo y estoy también en el pánico. Una amiga me hablaba de su temor ante una posible ruptura social. Cuando la necesidad aprieta se pierden los papeles. Pero enrique: ¿qué nos queda? ¿cómo afrontarlo individualmente ya que colectivamente no somos capaces?. Gracias por el artículo y me gustaría saber tu opinión.

    1. Susana

      Enrique el escritor del blog creo hace mal en censurarnos,quizá es culpa nuestra por escribir cosas fuera del ámbito de la política,economía etc.Daré mi opinión,decir que la cosa no ba bien es opinar lo que todos sabemos y lo que pienso es que tardaremos mucho en salir de esto,mi hermano dice que esta situación es la que verdaderamente nos corresponde en el mundo.

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